En el matrimonio de Carlos alguien le ofreció concursar en Adán y Eva, lo que le sirvió para que le ofrecieran un pequeño papel en Las Ibáñez, serie en la que descubrió su pasión por la actuación.
Estudió con Rubén Di Pietro, perteneció al grupo de teatro El Patio, actuó en Dejémonos de vainas y Mi barrio, fue el personaje de Paseo en Música maestro, y por ese rol lo nominaron al Premio Simón Bolívar de Televisión y al Premio India Catalina. En la telenovela Sombra de tu sombra mostró sus dotes de cantante.
Ha logrado algo muy significativo: ser una figura de la pantalla chica reconocida por mérito propio, y no solamente por ser el hermano menor de Carlos, el ídolo grande que tiene el país.
Decidió dejar de actuar por un largo tiempo. En vez de eso, prefirió dedicarse a sus negocios, a viajar, a darse un tiempo `sabático', sin descuidar la música. Quería sentirse como más le gusta: libre, sin ningún tipo de ataduras ni cercos.
Entonces, Guillermo Vives acabó de grabar Café, con aroma de mujer, donde representó a Bernardo, y partió. "Guillo", como lo conocen todos sus cercanos y lejanos, se fue para Nueva York porque quería estudiar música, culinaria y recorrer como un errante todo Estados Unidos.
Después, viajó a Europa para visitar a unos amigos. Dos años estuvo en ese continente de aquí para allá, conociendo la mítica Grecia, el en soñador sur de Italia; dos años exactos viviendo ese París tan escenográficamente bello, la fría Londres, la romántica Viena, la esquizofrénica Amsterdam. Veinticuatro meses, suficientes para untarse de mundo y descansar.
"Era un momento que necesitaba para dedicarme a mi propia vida, a disfrutar, a sentirme con alas para volar libremente". Este costeño oriundo de Santa Marta, modelo 63, cuenta orgulloso que nació con Vietnam, Kennedy Martin Luther King y toda esa agitada atmósfera de los años 60.
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